Un viaje emocional
- tamaracaurin
- 8 feb 2024
- 2 Min. de lectura

Hoy es jueves y toca post. Llevo días dándole vueltas a sobre qué hablar en la entrada de esta semana, y no sabía muy bien sobre qué hacerlo. Creo que es porque esta semana no ha sido una buena semana, aunque en realidad tampoco ha sido una mala semana. La cuestión es que desde el jueves pasado, cuando publiqué la entrada anterior, hasta hoy, que vuelve a ser jueves, ha habido un suceso que ha marcado la direccionalidad de mis días.
Creo que lo más apropiado es tan solo decir, que he tenido un desencuentro con alguien a quien yo tenía en alta estima.
Y todo esto viene al hilo, ni más ni menos, que porque la cuestión o mejor dicho, el motivo del desencuentro, fue por así decir, la fotografía. Todo esto, por supuesto, hablando a muy grandes rasgos.
Esto ha hecho que como he mencionado antes, haya estado en un momento u otro del día, dándole vueltas a la cabeza sobre el tema, y eso me haya hecho reflexionar sobre la fotografía en sí, y lo que nos mueve.
La semana pasada expliqué un poco, lo que desde mi punto de vista, era el reportaje social. Pero hoy quiero hablar sobre las fotografías en sí, sobre las imágenes.
Dudo que haya alguien que no haya, en algún momento de su vida, mirado alguna de las fotografías que atesore para recordar algo. Todos en cierto momento, bien sea para acompañar una historia que estamos narrando a un amigo, bien sea por nostalgia hacia alguna persona, momento o lugar, o incluso para recordar sin más, hemos desempolvado una foto y la hemos contemplado.
Cada imagen que guardamos nos transporta en el tiempo, nos transporta en el espacio, nos permite viajar. Evocan sonidos y olores, incluso sensaciones y sentimientos.
Hay veces que esas imágenes nos hacen sonreír, o reír incluso, pero otras veces pueden hacernos llorar, o sentir una nostalgia profunda por aquellos que ya no están, o por aquello que hemos perdido. También pueden zarandear tu mente, hacerla vibrar y reflexionar, hacerte comprender, o cabrearte.
Como puede ser? Como puede ocurrir esto? Por qué? Son solo un pedazo de papel, unos bits en algún lado, y aún así son como un traslador, las tocas y te ves envuelto en un viaje emocional que te hace temblar desde los cimientos.
Y uno, ni si quiera se lo espera.
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